miércoles, 24 de agosto de 2011

PARA PREVENIR ACCIDENTES DE TRANSITO Y/O MULTAS QUE COMIENZAN A REGIR EN SAN LUIS MAS FUERTES

  • Las luces bajas durante el día
Las luces bajas encendidas durante el día, principalmente en rutas y caminos,  hacen que los vehículos, que circulan a velocidades importantes, sean percibidos a mayor distancia, en especial los días nublados o de lluvia, lo que permite decidir con mayor anticipación las maniobras más aconsejables.
Permiten, además, evidenciar cuál es el sentido en el que circula un vehículo que transita por una ruta convencional de un solo carril por sentido de circulación, evitando confusiones a los conductores a la hora de realizar un sobrepaso, giro u otra maniobra de riesgo.
Esta medida, sobre la que se ha legislado en gran parte del mundo, vino a resolver uno de los problemas que más afectaba la seguridad en las rutas y que tenía que ver con el color de los rodados, al acreditarse que el ojo humano no percibe de igual manera los colores, sobre todo durante la noche o en el crepúsculo.  Así, el negro, rojo o morado aparecían como los colores más difíciles de percibir, situación que pasa a ser inocuo con el solo hecho de llevar las luces bajas encendidas, lo que indudablemente contribuye enormemente a percibir todos los rodados al mismo tiempo y poder decidir las maniobras a realizar.
Muchos automovilistas creen cumplir con la reglamentación encendiendo las luces de posición, pero se demostró que dichas luces, de menor intensidad,  prácticamente no son perceptibles en el tránsito diurno.


  • Uso del cinturón de seguridad
Las estadísticas indican que el uso del cinturón evita un 60 % las muertes en accidentes en zonas urbanas y un 40 % en las rutas. 
Su uso es obligatorio en todas las plazas del automóvil y su finalidad es mantener a todos los ocupantes del vehículo en el lugar más seguro -el habitáculo- evitando que salgan despedidos o impacten contra las estructuras rígidas del rodado.
A pesar de los prejuicios, las mujeres embarazadas deben llevar colocado siempre el cinturón de seguridad durante cualquier desplazamiento. Para ello, la banda vertical debe ubicarse entre los senos y la banda abdominal debe estar ajustada lo más posible a la región pélvica, para evitar toda presión sobre el abdomen.


  • Uso del celular
En los últimos años se ha incorporado a la lista de factores de riesgo de los accidentes de circulación, el uso del celular mientras se conduce. La enorme popularización de la telefonía celular y la consecuente necesidad de comunicación sin dilaciones y sin importar el lugar, hace que cada día más frecuentemente observemos conductores enfrascados en conversaciones mientras conduce su vehículo a motor.
Distintas investigaciones realizadas en países desarrollados han determinado que el uso del celular ha generado un importante aumento de accidentes.
Inicialmente, se entendió que el marcar un número telefónico o atender un llamado eran la causa principal de la desatención en la conducción, lo que motivó que se aprobara una excepción a la prohibición de conducir y hablar por teléfono, que es el sistema de manos libres.  A poco de andar, pudo comprobarse que además de esas situaciones que generaban los riesgos (marcar o atender), el verdadero problema era LA CONVERSACIÓN MANTENIDA DURANTE LA CONDUCCIÓN, verdadero factor de distracción y disminución de la concentración indispensable que requiere manejar un vehículo por la vía pública.
Debemos ser conscientes que una llamada telefónica que dura sólo un minuto, si se está circulando a la máxima velocidad permitida en una autopista (130 Km/h), significa que el conductor recorrió más de 2166 metros (2,16 kilómetros) sin prestar la debida atención al manejo.
En definitiva, lo concreto es que durante la conducción no hay que efectuar ni recibir llamadas, pues nada es tan urgente como para poner en riesgo nuestra vida y la de los demás.  Ante una comunicación, lo aconsejable es detenerse en lugar seguro y recién allí contestar o devolver la llamada.



  • Respeto de las señales de tránsito
Las señales de tránsito constituyen un lenguaje que pretende no sólo informar al usuario de la vía pública de las distintas situaciones que se le presentan en su desplazamiento, sino que también son un a manera directa de advertir los posibles conflictos, riesgos o situaciones importantes que debe conocer quien manera un vehículo. En la investigación profunda de los accidentes originados tanto en el tránsito urbano como en las rutas y autopistas, se puede corroborar que en una cantidad considerable, por lo menos uno de los conductores involucrados ha violado alguna normativa o señalización del tránsito.


  • Los niños atrás
En el automóvil, el regazo de la madre no es el mejor lugar para transportar a bebés o niños menores. La experiencia accidentológica indica que la mayoría de las lesiones ocurridas en accidentes de tránsito con niños podrían evitarse si fueran sentados en los asientos traseros, utilizando el cinturón de seguridad y colocados en el asiento infantil apropiados para su estatura y peso.
  • Cuando un niño tiene menos de un año de edad o pesa menos de 10 kilos debe utilizarse un asiento especial porta-bebés, colocándolo en sentido contrario al de marcha. Ello se debe a que en un impacto frontal el débil cuello del niño no soportaría la fuerza con que la cabeza se desplaza hacia adelante.
  • Cuando los niños pesan entre 10 y 25 kilos (1 a 4 años), se debe colocar la butaca porta-niños de forma tal que el menor vaya mirando hacia adelante.
  • Luego de los 5 años se utilizarán almohadones de altura hasta que el niño desarrolle una contextura física que le permita quedar correctamente sujeto con el cinturón de seguridad sin la utilización de estos aditamentos.
  • Recordamos que los niños menores de 10 años, por reglamentación de la Ley de Tránsito, deben viajar en el asiento trasero.
Consejos:
  • Antes de iniciar un viaje verifique que el cinturón toráxico no pase muy próximo al cuello del niño y que la banda inferior pase por la pelvis y no por el vientre.
  • En el caso que se utilice la silla porta-bebés, se debe corroborar que la misma esté bien sujeta a los cinturones de seguridad del vehículo y que el niño esté correctamente ajustado por los cinturones del tipo arnés que posee la silla.


  • Respeto por la Velocidad
La velocidad junto con el consumo de alcohol son las dos causas más frecuentes de la siniestralidad vial. Desde el punto de vista del derecho penal existen dos tipos de velocidades que  resultan riesgosas y generan accidentes:
  • Velocidad excesiva, cuando se superan los máximos legales para el tipo de rodado y de vía por la que se circula;
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  • Velocidad inadecuada, que es aquella que sin superar la máxima autorizada resulta desproporcionada según las circunstancias que se le presentan al conductor (por ejemplo, desplazamiento con lluvia, neblina, humo).
También debemos decir que el no respeto a las velocidades mínimas también constituyen situaciones generadoras de muchísimos accidentes , por lo que son susceptibles de ser sancionadas.
           
Cuanto mayor es la velocidad, menor es nuestro campo de visión (el fenómeno se denomina visión de túnel) y, en caso de accidente, la probabilidad de sufrir lesiones graves o mortales se multiplica. Un choque a 100 Km/h contra un objeto fijo equivaldría a una caída vertical del vehículo desde una altura aproximada de 40 metros.
Debe recordarse que la velocidad a la cual se debe circular es la que aparece expresamente señalizada, ya sea por la cartelería vertical como la demarcación horizontal sobre calzada. 
Si bien cada jurisdicción (provincial o municipal) pueden establecer sus máximos legales (con la cartelería o señalización correspondiente), la Ley Nacional de Tránsito impone las siguientes velocidades:
Calles: 40 km/h
Avenidas: 60 km/h
Rutas (en zona rural)*: 110 km/h para autos y camionetas, 90 KM/H para ómnibus, y 80 km/h para camiones.
Autopistas: Varía de 110 a 130 km/h para autos y camionetas, 90 km/h para ómnibus, y 80 km/h para camiones, dependiendo en los distintos tramos de cada autopista.
*Salvo señalización específica en contrario.


  • Conducción urbana
Si bien las velocidades promedios en zonas urbanas son sustancialmente inferiores a las verificadas en las rutas y caminos, no se debe soslayar que un porcentaje importantísimo de los muertos y lesionados a causa de la accidentalidad vial se producen en los pueblos y ciudades de nuestro país. El tránsito urbano presenta las características más conflictivas para los conductores de vehículos, ya que por su conformación geográfica y densidad de población, un conductor se ve expuesto permanentemente a conflictos que pueden terminar en un accidente.
Consejos
  • Utilizar el cinturón de seguridad en la ciudad. La mayoría de los conductores y acompañantes no lo utilizan por creer que sólo es necesario colocarlo cuando se conduce por rutas o autopistas.
  • Manejar en forma defensiva, para prevenir accidentes. Esto implica utilizar todos los elementos del vehículo que aumenten la seguridad a bordo, estar siempre alerta de los errores de otros automovilistas y de la conducta de peatones y ciclistas, viendo cuál sería la maniobra evasiva a efectuar, en caso que el peligro se concrete, entre otros.
Planificar las salidas antes de iniciar el recorrido de manera de llegar a destino con la suficiente holgura de tiempo.


  • Distancia de separación adecuada
Mantener una distancia de seguimiento segura garantizará manejar en forma más confortable y, ante una detención inesperada del vehículo que nos precede, poder detenernos sin impactarlo y a su vez evitar ser colisionado por el que circulaba detrás.
Para poder interpretar la importancia de mantener una separación adecuada con el vehículo que nos precede, es importante tener presente que ante una situación imprevista que requiera la total detención del rodado conducido, existen dos variables importantes que deben conocerse:
1) El tiempo de reacción es el tiempo que transcurre entre que el conductor percibe una situación de peligro, hasta que toma la decisión de lo que va a hacer para superarla (frenar, maniobrar hacia su izquierda o derecha, hacer guiño de luces, etc.)  Este espacio de tiempo termina cuando el conductor ejecuta la decisión (pone el pie en el pedal de freno o gira el volante, etc.).  El tiempo de reacción normal se estima en alrededor de un segundo, aunque ese tiempo puede extenderse por estar conversando por teléfono celular, fatiga, alcohol, inexperiencia, etc.

2)
La distancia de frenado que es el espacio que recorre un vehículo desde que comienza a actuar el sistema de frenos hasta que se detiene por completo.  Aquí influye el tipo de calzada, el estado de los neumáticos y del sistema de frenado, las condiciones metereológicas y por supuesto la velocidad a la que se circulaba.
Uno de los problemas más difíciles de abordar, es qué método se enseña para que el conductor pueda por sí mismo determinar si está o no guardando una distancia de seguridad con el vehículo que lo precede.  Muchos han sido los intentos por objetivar las pautas para lograr este objetivo, aunque el más aceptado ha sido el denominado
Método de seguimiento de los 3 segundos (para rutas con calzadas secas y en buen estado, sino debe extenderse a 5 segundos o más) , el que sucintamente consiste:
Cuando el paragolpes trasero del vehículo de adelante pase un punto de referencia fijo (como una señal de tránsito, un puente, un vehículo estacionado, etc.), comience a contar "mil ciento uno, mil ciento dos, mil ciento tres" (ello demanda aproximadamente 3 segundos). Cuando termina de contar, el paragolpes delantero de su vehículo debería estar pasando por el punto de referencia elegido. Si pasa la marca antes de terminar de contar, entonces usted se encuentra circulando demasiado cerca del vehículo de adelante, lo que le imposibilitará detener su rodado ante la detención inesperada del vehículo que lo antecede.



  • Conducción adaptándose a las condiciones externas
Si conducir un automóvil resulta muy exigente para cualquier persona, hacerlo de noche o con condiciones meteorológicas desfavorables lo es aún más.

La limitación que más frecuentemente complica la conducción es la falta de visibilidad, ya sea originada por la ausencia de luz natural como por la producción de fenómenos climáticos tales como lluvia o neblina, o la existencia de otros elementos limitantes como son el humo o tierra en suspensión.

En estas especiales condiciones de circulación hay que tener presente que el principio fundamental es VER Y SER VISTO y ello implica no solo tener la mejores condiciones posibles de visibilidad, sino también de contar con iluminación suficiente para que nuestra presencia sea detectada con la mayor anticipación posible.

Una de los riesgos más concretos que asumen los conductores que de pronto se encuentran con estas condiciones limitantes, es que no modifican ni su forma de circulación ni su velocidad, sin darse cuenta que se ha reducido su campo de visión, su capacidad de maniobra y hasta las condiciones de adherencia o de comportamiento adecuado de su rodado.

Por ello es importante señalar algunos consejos prácticos:
Lluvia: la lluvia produce dos efectos negativos para la conducción de automotores: por una parte se reduce la adherencia de los neumáticos y su consecuente pérdida de capacidad de un frenado eficiente ante la presencia de agua sobre la calzada y en segundo lugar afecta la visibilidad, disminuyendo la capacidad de anticipar situaciones de riesgo. En estas situaciones se aconseja:
  • Disminuir la velocidad de circulación dentro de los límites mínimo y máximos de velocidad.
  • Mantener en todo momento las luces bajas encendidas.
  • Aumentar las distancias de seguridad con los vehículos que nos anteceden, pues se necesita mayor espacio para detener nuestro rodado en caso de necesidad.
  • Testear con frecuencia si los frenos responden, pues el agua puede haber afectado su eficacia.
  • Para frenar calcular que debe realizarse con mayor antelación y hacerlo con suavidad, evitando brusquedades ante la posibilidad de bloqueo del sistema.
Niebla: Este factor climático no solo limita la visibilidad sino que incluso cuando es muy espesa, prácticamente la elimina.  Al mojar también el pavimento se afecta la adherencia, resultando por ello aplicable también los conceptos descriptos al hablar de la lluvia.  Además pueden agregarse los siguientes consejos:
  • Abstenerse de utilizar las luces altas, pues proyectadas sobre las gotas de agua en suspensión pueden aumentar los riesgos de encandilamiento sin mejorar la visibilidad.
  • Utilizar los faros antiniebla.
  • Evitar los adelantamientos, pues generar alto riesgo para la circulación ante la imposibilidad cierta de determinar distancias o tiempos necesarios para concretarlos sin riesgos.
  • No encender las balizas, salvo que el rodado deba detenerse por completo, en cuyo caso debe reforzarse la señalización con los triángulos reflectivos.
Viento: Este fenómeno puede influir en la circulación de diversas formas, siendo lo más peligroso el encontrarse con vientos laterales cruzados que pueden llegar incluso a producir la pérdida de dominio del rodado y la ulterior salida de calzada o vuelco.  A efectos de poder enfrentar y atenuar esta situación se aconseja:
  • Disminuir la velocidad dentro del mínimo y máximo previsto para cada tipo de vía.
  • Sujetar con firmeza el volante y girar el mismo contra el viento corrigiendo los desvíos que produzca en la marcha.
  • Limitar los adelantamientos, pues durante su desarrollo el rodado sobrepasado puede generar o liberar las ráfagas y con ello desestabilizar el vehículo.
  • Cerrar las ventanillas pues pueden generarse remolinos dentro del rodado o ingresar elementos que puedan afectar la visión del conductor (tierra, piedritas sueltas, etc.).
  • Estar atento a señalización específica que pueda advertir zonas con habituales ráfagas de viento.


  • La correcta postura de conducción
La conducción de un vehículo por la vía pública requiere una serie de comprobaciones previas y reglas mínimas que deben verificarse antes de iniciar el desplazamiento.  Entre las más importantes destacamos:
  • Desplazar el asiento hasta una distancia que le permita llegar con las piernas levemente flexionadas a los pedales. Esto le garantizará estar lo suficientemente lejos del volante para evitar chocar contra éste en el caso de una colisión frontal, siempre que se utilice el cinturón de seguridad.
  • Acomodar el respaldo de manera que con la espalda apoyada junto a él, sus brazos puedan tomar el volante en la posición de las agujas del reloj cuando marcan las diez y diez, y sus codos queden levemente flexionados.
  • El cabezal debe ubicarse teniendo presente que debe estar separado de la parte posterior del cráneo –fundamentalmente del conductor- a unos 4 cm. y que se ubique en la misma línea entre la parte superior del elemento de seguridad y de la cabeza del usuario.
  • Evitar llevar la mano en la palanca de cambios innecesariamente, ya que resta rapidez en la maniobra.
  • No lleves el pie permanentemente apoyado en el embrague. Ante una frenada repentina, pisará el embrague sin querer.
  • Antes de iniciar la marcha se debe verificar que todos los espejos retrovisores estén limpios y en su correcta posición y que sin mayor esfuerzo podamos consultarlos y ver lo que pasa detrás del rodado.


  • Sobrepaso en rutas
El adelantamiento o sobrepaso en rutas, constituye una maniobra de muy alto riesgo, sobre todo en vías de doble sentido de circulación y con un solo carril por mano.  Quién realiza dicha acción debe saber que es responsable –civil y penalmente- de todo lo que pase durante su ejecución, pues previo a ella debe asegurarse de contar con  tiempo, distancia y velocidad suficiente.
Esta maniobra además requiere verificar que no exista señalización vertical o demarcación horizontal que expresamente la prohiba, además de lo cual el conductor deberá asegurarse que no exista otra situación que la vuelvan peligrosa (reparaciones en la ruta, presencia de peatones o zonas con cambios de razantes que limitan la visibilidad).-
Muchos conductores inician la maniobra luego de acercarse considerablemente al vehículo de adelante. En tal situación, cuando un vehículo comienza esta maniobra partirá de la misma velocidad del vehículo que lo precede, saldrá de un ángulo ciego y por el escaso ángulo de visión que se tiene hacia adelante (en el caso de intentar sobrepasar a un vehículo de gran porte) no le permitirá descubrir los peligros potenciales que le tocará afrontar.
¿Cómo hacer un sobrepaso seguro?
  • Valorar que existe un lugar adecuado, que se tiene distancia, tiempo y velocidad suficiente y que ningún otro conductor de un rodado que circula detrás no haya iniciado ya su maniobra de sobrepasarnos.
  • Una vez constatadas las circunstancias anteriores, colocar la luz de giro izquierda y mantenerla hasta el momento que terminamos el sobrepaso e iniciamos el regreso al carril desde donde se partió.
  • Regresar lo más pronto posible a efectos de no entorpecer el tránsito, sobre todo en las vías de un solo carril por sentido de circulación.

EVITAR SER VICTIMA DE UN DELITO


Consejos para tratar de evitar los delitos más comunes

1) Arrebatos. Es el delito que más se denuncia y se sugiere que, cuando se viaja en automóvil, no se dejen portafolios o carteras en el asiento del acompañante, debido a que son fáciles de arrebatar en semáforos o durante congestionamientos de tránsito.
2) Salideras bancarias. Se trata una de las modalidades delictivas que se volvieron más violentas y que más han crecido en los últimos meses. En muchos casos, los ladrones se movilizan armados y en motos. Para prevenir este tipo de asaltos, la policía recomienda prestar atención a las motos o autos estacionados cerca de los bancos y la presencia de posibles entregadores dentro de la sucursal. No es aconsejable abordar taxis estacionados frente al banco. No sacar el dinero cuando algún empleado del banco ponga en evidencia delante de la gente que estaba en salón que se planeaba sacar plata. Niéguese a entregar otra identificación que no sea el DNI para retirar el dinero. No muestre la tarjeta de crédito o de débito.
3) Asaltos en la puerta de casa. Según fuentes policiales, el momento en que la gente es más vulnerable es cuando se abre la puerta de la cochera para guardar el auto. Por tal motivo, muchos vecinos de la Capital y del cono urbano decidieron dejar los vehículos en la calle.
4) Punguistas y carteristas. No permita que las personas mayores de la familia vayan a cobrar solas. Es conveniente prestar atención en las puertas de los subtes y colectivos, debido a que esos transportes son los lugares preferidos por los delincuentes que se dedican a este tipo de delitos. Se sugiere, además, no andar con muchas bolsas que impidan caminar con comodidad.
5) Robos en cajeros automáticos. Se recomienda no retirar dinero durante la noche o con poco movimiento en la calle y asegurarse que nadie lo observe cuando marca la clave. También se sugiere distribuir el dinero en distintos bolsillos.
6) Escruches. Al dejar las casas solas, se recomienda prender las luces interiores y dejar la radio encendida. También se recomienda no salir por la puerta principal, para que los ladrones que vigilan no adviertan que la vivienda queda sola.


LA VICTIMA DE LA VIOLENCIA FAMILIAR
“La violencia contra la mujer y los niños no es una vergüenza sino un delito”